La casa Futuro impresa en 3D alcanza la estratosfera
La casa Futuro, diseñada por el arquitecto finlandés Matti Suuronen en la década de 1960, refleja las aspiraciones de su época con respecto a los viajes espaciales y la confianza en el progreso tecnológico. Esta casa no solo es famosa por su diseño futurista en forma de platillo volador, sino también por ser la primera casa producida en serie. El diseño de Suuronen, formado principalmente por plástico con fibra de vidrio y poliéster, estaba pensado para ser una casa portátil que pudiera colocarse en cualquier lugar.
Con motivo del 50 aniversario de su creación, la casa Futuro se muestra en una exposición de la Galería de Arte Moderno (Pinakothek der Moderne) titulada «Futuro: A Flying Saucer in Town» (Futuro: un platillo volandor en la ciudad). En el marco de la exposición, el artista Konstantin Landuris colaboró con el museo y con Protolabs para enviar una réplica de Futuro impresión en 3D a 40 km de altura en la estratosfera.
«Nos complace contar con el apoyo de Protolabs en nuestro intento de filmar el vuelo de Futuro por la estratosfera. Instalamos dos cámaras en el globo que nos permitieron grabar su recorrido. Una cámara 4K filmó todo el viaje de la réplica de modo que podamos ver todas las imágenes en 360 grados», explicó Konstantin Landuris.
Un símbolo del progreso tecnológico en la impresión 3D
En su punto más alto, la réplica de Futuro impresa en 3D alcanzó los 40 km de altura en la estratosfera. Vídeo: cortesía de Konstantin Landuris
El 21 de junio, se lanzó la réplica de Futuro a escala de 14 cm desde el exterior de la Galería de Arte Moderno, justo delante del diseño original de Suuronen. Para enviar la sonda a la estratosfera se utilizó un globo meteorológico equipado con dos cámaras, un localizador GPS GSM, un localizador por satélite y un registrador de datos, con el fin de hacer un seguimiento del recorrido y poder acceder a él más tarde. En un primer momento, voló hacia el suroeste, virando al sur en la ruta de senderismo de Grünwald y, a continuación, se elevó unos 10 000 m sobre el BND (sede central de la Agencia de Inteligencia de Alemania), en Pullach. En este punto, el pequeño equipo de tierra perdió contacto, pero, en total, la sonda alcanzó una altura de 40 km.
Esta no ha sido la primera colaboración entre Protolabs y el Museo del Diseño de Múnich. Habíamos colaborado ya con el Museo del Diseño para desarrollar una exposición sobre impresión 3D construyendo modelos únicos que mostraban las posibilidades de diseño con diferentes tecnologías de fabricación con aditivos.