Como startup puede que tengas una gran idea, pero no puedes hacerlo todo tú solo. Necesitas más experiencia, ayuda y, por supuesto, inversión. Formar las asociaciones adecuadas desde el principio puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, así que vamos a ver dónde puedes conseguir esa ayuda...
Al principio, puede que simplemente necesites asesoramiento y orientación sobre cómo dirigir un negocio y, posiblemente, algo de financiación inicial mientras desarrollas tu modelo de negocio y tu producto. Se trata de la fase de desarrollo de la empresa.
Incubadoras
En esta fase, un programa de incubadora de empresas puede ser de gran ayuda. Pueden ofrecerte un espacio de oficina y oportunidades para establecer contactos, además de acceso a algunos inversores en la fase inicial. Merece la pena investigar, porque algunas son específicas del sector, mientras que otras son más generales.
Aceleradores
Una vez que tengas más confianza, hayas validado tu producto y estés preparado para pasar a la siguiente fase, una aceleradora de empresas te ayudará a crecer. Las aceleradoras darán a tu empresa acceso a todo tipo de servicios, como orientación, creación de redes, asistencia jurídica y acceso a inversores.
Una aceleradora de empresas te ayudará a validar tu idea antes de que te comprometas demasiado; puede ahorrarte mucho tiempo y dinero. Pero hay un coste y ese coste suele ser una parte de tu capital. Una vez más, merece la pena investigar y encontrar una aceleradora que tenga un historial probado de producción de startups de éxito en tu área de negocio.
Financiación
Lo que más vas a necesitar es financiación. Lógicamente, hay varias fuentes de financiación: tu propio dinero, préstamos de familiares y amigos, subvenciones y crowdsourcing. Cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas y hay que analizarlas con detenimiento.
Sin embargo, puede que un fabricante primerizo necesite más financiación que la que le puede proporcionar cualquiera de estas fuentes y necesitará una financiación escalonada en las diferentes fases de su nueva empresa.
Aquí es donde puede entrar en juego un inversor ángel o un inversor de capital de riesgo. Es posible que te los presenten a través de una plataforma de aceleradoras o que los encuentres a través de la investigación o de la relación con ellos en plataformas como Linked In.
Ambas partes necesitan beneficiarse y para el inversor eso significa que quiere un alto rendimiento de su inversión. Tienes que estar preparado, tener un caso de negocio convincente y analizar cómo van a ganar dinero, lo que a menudo implica una participación en el capital y una clara estrategia de salida.
Por lo general, los inversores de capital de riesgo tienden a favorecer a las empresas que están preparadas para escalar rápidamente y que han pasado por los procesos de validación iniciales.
Una advertencia: los inversores de capital de riesgo pueden ser un poco regalo envenenado para algunas empresas, porque quieren un crecimiento rápido y pueden presionar por estrategias de más riesgo en lugar de apostar por un crecimiento orgánico más gradual. Encontrar un tipo de inversor adecuado que esté dispuesto a respaldar a tu equipo es crucial: asegúrate de investigar. ¿Tiene experiencia en la creación de startups y en tu mercado y tiene un historial de éxito? Y pregúntate si encajas bien con él en cuanto a sus plazos de retorno de la inversión y sus objetivos.
Asociaciones corporativas
Uno de los mayores problemas potenciales a los que se enfrenta una nueva empresa es el acceso al mercado y a los clientes, sobre todo porque a menudo se desconocen.
Esto puede superarse en parte formando una asociación con una empresa más grande, ya sea otro fabricante o un distribuidor. El beneficio para la startup es obvio: acceso al mercado, a la tecnología y a los equipos, así como a la financiación y a la experiencia que no se tiene en la empresa.
Las grandes empresas también se benefician, como demuestra el número de unidades de riesgo activas. Necesitan innovar para adelantarse a la competencia y participar en la disrupción que, de otro modo, podría llevarles a la quiebra. Si preguntas a cualquier gran empresa, te dirá que necesitan más ideas innovadoras y atraer más talento y librepensadores a su negocio, pero, por desgracia, las grandes organizaciones no suelen estar estructuradas para fomentarlo, por lo que muchas subcontratan parte de su I+D e innovación.
Sobre el papel, esto puede parecer una asociación perfecta, pero en la práctica hay muchos escollos. Uno de ellos es la diferencia de cultura: un socio es ágil y está deseando progresar rápidamente, mientras que el otro es más cauto, reacio al riesgo y exige pruebas. Como startup, tienes que asegurarte de asociarte con la empresa adecuada y de que tanto el personal directivo como las personas con las que vas a trabajar están de acuerdo. También tienes que evitar que te metan con calzador en un sola área de la empresa.
Si encuentras el socio corporativo adecuado que tenga la actitud correcta, la relación puede ser muy satisfactoria para ambas partes. Pero hay que ir con cuidado y asegurarte de que entiendes lo que quieres y lo que ellos necesitan antes de comprometerte. Según un informe de McKinsey, la mayoría de las empresas dejaban de invertir en startups después de dos o tres años y solo el 28% de las startups estaban satisfechas con la asociación.
Asociaciones en la cadena de suministro
Como startup dedicada a la fabricación, también tienes que asegurarte de que la cadena de suministro es la adecuada, tanto para garantizar la entrega a tiempo de piezas y componentes como para acceder a la experiencia que no tienes en la propia empresa.
Para atraer el interés y la inversión iniciales, hay que validar el concepto y, para hacerlo bien, se necesitan prototipos para las presentaciones, para comprobar la forma y el ajuste y, probablemente, para probar la comercialización del concepto. Los inversores de capital de riesgo, por ejemplo, quieren todas las pruebas posibles.
También necesitas estos prototipos rápido y es posible que haya que reiterar el diseño, ya sea en respuesta a los comentarios o para hacerlos más fabricables mediante el proceso de producción elegido. Al final, necesitarás un producto que se pueda fabricar de forma rentable y que puedas vender con un beneficio razonable.
Puede que no tengas toda la experiencia dentro de tu empresa para hacerlo, así que busca ayuda donde puedas conseguirla. Los proveedores de tu empresa son una fuente obvia.
En Protolabs, por ejemplo, podemos proporcionarte esa experiencia crítica que va del diseño a la producción. Podemos entregarte los prototipos en tan solo un día tras cargar tu CAD en nuestra plataforma Protolabs 2.0, que también te proporcionará un diseño con el informe de fabricabilidad.
Se trata de una comprobación en las primeras fases; es gratuita y puedes utilizarla tantas veces como quieras antes de comprometerte con la producción. Sin embargo, para obtener un valor real, puede que tengas que ir más allá de la automatización para beneficiarte de la experiencia y el pensamiento cognitivo que tiene un ingeniero en la tecnología de producción elegida. En el caso del moldeo por inyección, la impresión 3D y el mecanizado CNC, podemos ayudarte en este sentido.
Incluso puedes subcontratar la producción con nosotros en las primeras etapas del negocio, para retrasar la gran inversión en equipos que necesitas hacer y para validar aún más tu producto antes de comprometer el capital inicial.
Como startup, necesitas toda la ayuda que puedas; no puedes ser un experto en todo y puede que necesites financiación de inversores para despegar. Elegir a los socios adecuados para que te ayuden durante esos primeros años podría determinar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Si lo haces bien, te ayudarán a crear un negocio del que estar orgulloso.
