¿Por qué interesa imprimir en 3D?

Durante los pocos años que lleva utilizándose, la tecnología de impresión 3D ha pasado de ser una técnica marginal a convertirse en un proceso que se usa en numerosas empresas de todo el mundo. Pero si no conoces todavía esta tecnología, puede que te resulte difícil entender lo rápido que se ha aceptado y el por qué de su éxito.

Según la aplicación concreta de que se trate, la impresión 3D puede ofrecer una amplia variedad de ventajas respecto a otras técnicas de fabricación más tradicionales. Sin embargo, en general, hay cuatro áreas en las que destaca respecto a esos procesos:

• Geometría
• Flexibilidad
• Velocidad
• Coste

En muchos aspectos, la capacidad de trabajar con geometrías complejas es lo que hace que la impresión 3D sea tan singular y lo que la sitúa claramente por delante de todas las demás tecnologías de fabricación. Si bien otros procesos presentan limitaciones en cuanto a los tipos de elementos que se pueden crear con ellos (por ejemplo, la inyección de líquido no permite crear canales internos y las fresas no pueden perforar orificios más allá de determinadas profundidades), las impresoras 3D pueden producir casi cualquier forma imaginable.

Esto ha permitido obtener algunos diseños verdaderamente innovadores que sacan partido de las prestaciones de la impresión 3D para crear formas orgánicas, como celosías o matrices complejas. Combinada con los modernos plásticos técnicos, permite crear con toda facilidad piezas sumamente resistentes y de gran atractivo estético.

Incluso permite incorporar orificios al diseño para reducir el peso o, sencillamente, para aumentar su atractivo, sin tener que preocuparse de perforarlos ni de realizar alteraciones significativas en los moldes. Se trata de una ventaja considerable respecto a otras tecnologías.

No cabe duda de que la ausencia de moldes y herramientas es otra de las ventajas de utilizar la tecnología de impresión 3D. Lo único que se necesita para convertir el diseño de un archivo CAD en una pieza física real es una máquina con el tamaño apropiado para imprimirla y las materias primas.

En comparación con el trabajo preciso para producir las piezas con los métodos convencionales de moldeo por inyección o fresado, el beneficio es significativo. Las tecnologías que requieren moldes y herramientas pueden resultar costosas y exigen dedicar bastante tiempo a configurarlas, sobre todo si hay que modificar el diseño a lo largo del proceso.

Con la impresión 3D, realizar cambios en la pieza es un proceso enormemente sencillo, aunque sean importantes. En lugar de tener que modificar o mecanizar los moldes físicos, basta con editar el archivo CAD asociado al proyecto haciendo clic en unos cuantos botones.

Esta posibilidad de realizar cambios rápidos y sobre la marcha convierte la impresión 3D en la tecnología ideal para el prototipado rápido. No solo facilita hacer los pequeños cambios que son habituales al ajustar el diseño terminado, sino que permite convertirlos en un prototipo físico en solo unas horas.

De este modo, el equipo puede continuar enseguida con el proceso de mejora del diseño, sin tener que esperar días o incluso semanas a que se entreguen los prototipos recién fabricados.

De hecho, este rápido proceso de producción también te permite reinventar por completo la gestión de inventarios. En lugar de tener que almacenar piezas y productos, puedes adoptar la impresión bajo demanda según un modelo «justo a tiempo». Esto reduce drásticamente el dinero y el tiempo dedicados a la gestión de almacén y del inventario.

Por supuesto, la impresión 3D no garantiza que se reduzcan los costes en todos los tipos de proyectos en los que trabajas. Por ejemplo, si vas a producir una pieza con una geometría relativamente sencilla a gran escala, probablemente el moldeo por inyección resulte mucho más barato a largo plazo, pues esta situación sacaría partido de las virtudes de esta tecnología.

Sin embargo, para los productos y prototipos que se benefician de las cualidades de la impresión 3D, esta tecnología puede ayudar a recortar costes en muchas áreas en comparación con otras formas de producción más convencionales. Por ejemplo, la impresión 3D permite reducir los costes de mano de obra. Esto es lógico, pues una vez iniciada la tarea, las impresoras no necesitan operarios ni demasiada supervisión. No hay que preocuparse de varias máquinas en varias fases cuando se usa la impresión 3D para imprimir las piezas, ni tampoco del montaje.

Además, si trabajas a escala relativamente reducida, no tienes que comprar moldes ni herramientas. De hecho, gracias a los proveedores de externalización disponibles, como Protolabs, tampoco tienes que adquirir tus propios equipos. Puedes externalizar las tareas con toda facilidad y disfrutar de todas las ventajas de la tecnología sin tener que realizar ningún tipo de inversión de capital.

Seguramente esta sea la razón por la que se trata de una de las tecnologías de fabricación en más rápido desarrollo, a la que se incorporan nuevas prestaciones y materiales continuamente.  No pierdas de vista este campo que transforma casi a diario los límites de la producción.